En las sociedades modernas el
concepto “Internet” y todo lo que él implica ha sido totalmente divinizado. No
es raro, ni nos extraña, escuchar a alguien decir que todo lo que queremos
encontrar o necesitamos se encuentra allí pero eso no es más que una hipérbole:
realmente está sólo lo que alguien ha puesto allí. Eso no evita que esa nube
parezca una fuente inagotable de recursos y de información. No es de extrañar,
por tanto, que cada día los periódicos en papel parezcan ir en decadencia ya
que a golpe de un solo “click” podemos saber lo que está ocurriendo en todas
las partes del mundo. Éste es, por tanto, uno de los grandes problemas de la
prensa en papel: cubre las noticias que han pasado hasta el momento en el que
la editorial cierra. Esto implica que, cuando llega a las manos del lector, un
montón de sucesos más han ocurrido. El periodismo en Internet ofrece también
mucha más información y, contrariamente a lo que se cree, no siempre es una
ventaja pues el exceso de la misma puede conducir a la confusión. Un punto
positivo de la prensa digital es, en cambio, que puedes leer los mismos sucesos
en diversos periódicos para lograr una visión más objetiva. Esto sería mucho
más difícil con el periódico tradicional ya que, para hacer lo mismo, habría
que comprar varios diarios distintos.
Algunas redes sociales,
especialmente Twitter, se han convertido para muchos en un sustituto del
periódico. Se trata de un soporte mucho más cómodo que el diario ya que no
ocupa nada y se puede leer en cualquiera parte si lo tenemos instalado, por
ejemplo, en nuestro smartphone. Otra
gran ventaja de ésta herramienta es la inmediatez, contra la que nada puede
hacer el periódico. No obstante, y a pesar de que ambos parezcan tan distintos,
tienen muchas similitudes como es el uso del titular. Ambos tienen que ser
llamativos y animar al lector a seguir: en el caso del periódico a continuar
con la noticia y en el caso de las redes sociales, a “clicar” para ver el
desarrollo de la misma.
Otro gran problema de la prensa
escrita es que, cuando pasa el día, los periódicos son totalmente obsoletos y
pasan a ocupar sitio junto a otros papeles para reciclar. La ventaja de la
prensa digital es que los diarios tienen hemerotecas en las que es posible
encontrar noticias de hace años, cosa completamente imposible con un periódico.
Otro inconveniente del periodismo tradicional es que hay que pagar por él. A
pesar de que es un precio muy, muy pequeño para toda la información que
contiene, es muy difícil ganar la batalla a algo que es totalmente gratis. Hace
años, además, la gente estaba dispuesta a pagar ese precio porque, además de
todas las noticias y sucesos de actualidad, el periódico contaba con otras
muchas razones para ser comprado: la publicación de esquelas, de la
programación televisiva, de la información meteorológica y otra referida a la
busca de empleo, de alojamientos, etc. A pesar de que ahora la mayoría de
prensa escrita sigue ofreciendo estas posibilidades, Internet da muchos más
facilidades y, sobretodo, agilidad, a la hora de encontrar lo que buscamos.
A pesar de que a primera vista
parece que la prensa digital sólo tiene ventajas, son muchos los inconvenientes
que presenta. El mayor es que no todos los lectores se dan cuenta de que no
todo lo que se publica es periodismo: hay mucha publicidad enmascarada y escribe
todo el que quiera, sepa sobre el tema o no. Éste es, a su vez, uno de los
motivos por los que la prensa en papel no ha dejado de existir: mucha gente,
sobretodo mayor, sigue prefiriendo este formato por considerarlo mucho más
veraz.
En la actualidad nadie puede
rebatir el hecho de que la prensa digital va ganando cada vez más terreno a la escrita
así como más adeptos pero sería una verdadera lástima que esta última
desapareciera. Por este motivo, los más nostálgicos nos aferramos a la esperanza
de seguir pudiendo comprar el periódico en el kiosco todos los domingos: no se
trata sólo de pagar por él y leerlo sino del “ritual” que conlleva. Y eso nunca
se debería perder.