Como suele ocurrir cuando fallece
un autor importante, los supuestos seguidores y la grandeza de sus obras se
disparan. No pudo ser menos el caso de Gabriel García Márquez, fallecido el
pasado 17 de abril. Nacido en Colombia en 1927, el que fue escritor, novelista,
cuentista, guionista, editor y periodista, contaba con un Premio Nobel que le
otorgó la academia en 1982.
Algunas de sus obras más importantes
son Crónica de una muerte anunciada, Noticia de un secuestro o Relato de un naufrago. No obstante su
obra más conocida es Cien años de soledad
que, además, está considerada como una de las más características del realismo
mágico. Lo que caracteriza a todas estos libros es que todos son reportajes que
están basados en hechos reales investigados por el propio autor. Esto ayuda a
entender el interés que García Márquez tenía por el periodismo y,
especialmente, por el reportaje. Explica también la estructura de sus obras:
considera esencial la estética pero también la veracidad por lo que todas
gozaban de gran precisión. Llegó a decir, por ejemplo, “si mientes, siempre hay
alguien que acaba sabiéndolo. Un dato falso pone en duda todo el reportaje. Un dato
cierto da crédito a una novela”.
Después de leer y trabajar “Érase
que era un periodista llamado Gabriel García Márquez”, publicado el 20 de abril
en La Nueva España y escrito por
Evelio González Palacio, podemos sacar algunos datos más sobre su vida que
quizás son menos conocidos. Además de “Gabo” y “Gabito” había quien lo llamada,
por ejemplo, “el coronel de Macondo” (por su obra más importante). En este
artículo se hace referencia también a que, a pesar de que le “murieron en las
necrológicas como novelista”, “toda su vida fue un periodista” y añade “andan
las redacciones repletas de reporteros de novela en el baúl, puestos a cambiar
de acera”, refiriéndose a que muchos periodismos quieren ser escritores y, como
no pueden, están en el periodismo. Éste no es el caso de García Márquez. Conocemos también,
gracias a este artículo, lo que el autor opinaba sobre la longitud de la obra “la
norma sobre la longitud: lo menos posible, sin matar algo”, es decir, que no
falte ningún dato significativo. Era, además, un autor y escritor en todo
momento: “se me enfría el brazo si no escribo”, tienes que estar escribiendo
continuamente para no entorpecerte.
Gabriel García Márquez es uno de
los mejores ejemplos de los últimos tiempos de escritores que mezclan
exitosamente literatura y periodismo. En sus últimos años, además, trató de
explicar a los jóvenes la importancia que tenían los buenos reportajes y crónicas
además de intentar llevar al periodismo al lugar al que le corresponde.
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