lunes, 28 de abril de 2014

Conferencia de Javier Almuzara.


Esta tarde a las 20 horas tuvo lugar una conferencia del escritor Javier Almuzara en el Aula Magna del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo. Titulada “La poesía, esa música que piensa”, fue organizada por la Cátedra Emilio Alarcos Llorach y presentada por José Luis García Martín. 

El motivo de la misma era, en palabras de la profesora de Lengua Española y viuda de Alarcos, “ningún abril sin recordar a Emilio”. Dieciséis años después de su muerte, esta conferencia del poeta que recibió en 2003 el premio de poesía Emilio Alarcos por su poemario “Constantes vitales”, sirvió como homenaje al fallecido.

Almuzara nos dejó frases para la reflexión como “la poesía es una forma de hacer luz” o “la tarea de la poesía es jugar con las palabras, y los poetas son los críos de la literatura” en un intento de jugar con el ingenio de la poesía. Para acabar, añadió, “puede hacerse poesía en prosa, pero nunca prosa en la poesía”.   

jueves, 24 de abril de 2014

Juan José Millás.

Juan José Millás es el gran escritor y periodista actual. Ha creado un estilo que él llama “anticuentos”. Sin embargo,  forma favorita de escritura es la columna, género periodístico que se hizo famoso en su día gracias a Umbral, quien decía que eran el soneto del periodismo. Las columnas de Millás son muy peculiares: toca los temas de actualidad desde una perspectiva de izquierdas pero también tiene columnas surrealistas en las que mezcla el periodismo (cuenta lo que pasa) con la literatura (cuenta lo que se imagina). Aparecen todos los viernes en El País y La Prensa Ibérica, que es una cadena de periódicos. 

Es también un maestro del reportaje, género que  requiere más trabajo que el anterior, y del que ha creado un nuevo tipo: para hacer, por ejemplo, un reportaje de un político, lo acompaña convirtiéndose en su sombra durante unos días. Uno de sus grandes reportajes es el que hizo al presidente de Uruguay (creó una especie de cuento en el que el protagonista es el presidente).

Tiene también una importante labor de novelista: Cerbero son las sombras es la obra que le dio reconocimiento. Su obra El mundo fue Premio Planeta y, aunque no recibió un galardón tan importante, La soledad era esto es también una novela relevante en su obra. La última que escribió fue La mejor loca, en la que aparece él como personaje realizando su trabajo. Juega, de este modo, con los límites de la literatura: no sabemos si lo que escribe es ficticio o real.

En todas sus obras mezcla ingenio, ocurrencia, costumbrismo y rompe las fronteras de un género a otro.  

miércoles, 23 de abril de 2014

Una lección de periodismo de Gabriel García Márquez.

Como suele ocurrir cuando fallece un autor importante, los supuestos seguidores y la grandeza de sus obras se disparan. No pudo ser menos el caso de Gabriel García Márquez, fallecido el pasado 17 de abril. Nacido en Colombia en 1927, el que fue escritor, novelista, cuentista, guionista, editor y periodista, contaba con un Premio Nobel que le otorgó la academia en 1982.

Algunas de sus obras más importantes son Crónica de una muerte anunciada, Noticia de un secuestro o Relato de un naufrago. No obstante su obra más conocida es Cien años de soledad que, además, está considerada como una de las más características del realismo mágico. Lo que caracteriza a todas estos libros es que todos son reportajes que están basados en hechos reales investigados por el propio autor. Esto ayuda a entender el interés que García Márquez tenía por el periodismo y, especialmente, por el reportaje. Explica también la estructura de sus obras: considera esencial la estética pero también la veracidad por lo que todas gozaban de gran precisión. Llegó a decir, por ejemplo, “si mientes, siempre hay alguien que acaba sabiéndolo. Un dato falso pone en duda todo el reportaje. Un dato cierto da crédito a una novela”.

Después de leer y trabajar “Érase que era un periodista llamado Gabriel García Márquez”, publicado el 20 de abril en La Nueva España y escrito por Evelio González Palacio, podemos sacar algunos datos más sobre su vida que quizás son menos conocidos. Además de “Gabo” y “Gabito” había quien lo llamada, por ejemplo, “el coronel de Macondo” (por su obra más importante). En este artículo se hace referencia también a que, a pesar de que le “murieron en las necrológicas como novelista”, “toda su vida fue un periodista” y añade “andan las redacciones repletas de reporteros de novela en el baúl, puestos a cambiar de acera”, refiriéndose a que muchos periodismos quieren ser escritores y, como no pueden, están en el periodismo. Éste no es el  caso de García Márquez. Conocemos también, gracias a este artículo, lo que el autor opinaba sobre la longitud de la obra “la norma sobre la longitud: lo menos posible, sin matar algo”, es decir, que no falte ningún dato significativo. Era, además, un autor y escritor en todo momento: “se me enfría el brazo si no escribo”, tienes que estar escribiendo continuamente para no entorpecerte.

Gabriel García Márquez es uno de los mejores ejemplos de los últimos tiempos de escritores que mezclan exitosamente literatura y periodismo. En sus últimos años, además, trató de explicar a los jóvenes la importancia que tenían los buenos reportajes y crónicas además de intentar llevar al periodismo al lugar al que le corresponde. 

jueves, 10 de abril de 2014

Las revistas literarias de Postguerra.

El mes de abril del año 1939 supuso un corte en la cultura española debido al fin de la Guerra Civil. Nuestro país quedó partido en dos: una parte se exilió y la otra quedó encarcelada o aterrada. La parte Republicana estaba muy ligada a la educación por lo que el numero de exiliados y encarcelados fue enorme.
Se habló, durante muchos años, de dos literaturas: la de dentro y la de fuera de España. Los exiliados se sumergen con rapidez en la cultura de sus nuevos países haciendo que hubiera un gran desarrollo. Pero, como es obvio, esta literatura exterior se va acabando por distintas razones: esas personas mueres, vuelven a casa o sus descendientes se integran en esas nuevas culturas.

Los vencedores de la Guerra Civil, por otra parte, son conscientes de que han ganado la guerra pero han perdido la de propaganda: la mayoría de países Europeas apoyan a los exiliados. Algunos tratan de reanudar la vida literaria de España. Juan Aparicio, por ejemplo, se dedica a crear revistas literarias pero son todas oficiales, con dinero público y, aunque no son de propaganda, no hablan de nada público.

La revista literaria más importante de esta época es “La estafeta literaria” y que pretende ser la réplica de la gran revista literaria de antes de la guerra: “La gaceta literaria”, de Ernesto Jiménez Caballero.  Hay otras revistas que duran menos como “El semanario” o “Fantasía”. Éstas  tienen que ser oficiales pero algunas están más desligadas. Por ejemplo, en el campo de la poesía destacan dos en los 40: “Garcilaso” (Madrid) y “Espadaña” (León). Entre estas dos revistas se da un enfrentamiento estético que disfrazaba uno político. Detrás de la primera estaba la Juventud Creadora cuyo miembro más destacado era José García Nieto. Escribían intentado recuperar las medidas  clásicas. En la segunda destaca Victoriano Cremer y, en ella, escriben una poesía que no es crítica pero que habla de una realidad más fea. En esta época surge también el libro que marca el resurgimiento de la poesía: “Hijos de la ira”, de Dámaso Alonso. Se trata de un libro lleno de violencia con verso libre. Se crea a su vez en Córdoba una nueva revista, “Cántico”, con estética distinta. Se trata de una poesía más hedonista y retorica y que cuida más el uso del lenguaje. Homenajea a Luis Cernuda y, en ella, escribe Pablo García Baena. Otra revista de esta época es “Los cuadernos de Ágora” que tiene una primera parte de poemas, otra dedicada a la traducción, otra con reflexiones de la poesía actual y clásica, otra con manuscritos y otra final con una crítica de libros.


La poesía social implica también una revolución estética que quiere plantear los problemas de la calle. No es una poesía política pero utiliza un lenguaje con palabras comunes. El nombre más significativo es Gabriel Celaya, quien trata de acercar la poesía al lenguaje hablado. Escribió Tranquilamente hablando. Otro autor importante es Blas de Otero cuyos primeros libros son de una religiosidad angustiada, como Ángel fieramente humano. Después de aproximarse al Partido Comunista escribe Pido la paz y la palabra.  

sábado, 5 de abril de 2014

III Semana Cultural de la Facultad de Filosofía y Letras.

El pasado 25 de marzo ha habido un recital poético a las 12:00 en el Salón de Actos de la segunda planta del Edificio de Administración organizado por De las palabras bonitas Se trata por un grupo compuesto por veintiocho colaboradores de todas las partes de España (la mayoría asturianos y, especialmente, Gijoneses), Perú y Colombia a los que les gustan las letras y escribir. Así, en su blog http://delaspalabrasbonitas.blogspot.com.es/, publican distintos trabajos hechos por ellos mismos: poemas, relatos, entrevistas, etc. Según nos han explicado cada uno puede publicar, dentro de un orden, lo que quiera. Se trata de publicaciones que, gracias a las redes sociales, cada vez llegan a más gente.

El acto, conducido por Borja Fernández, comenzó con la presentación del blog y de lo que hacen para después comenzar con lo que fue propiamente el recital poético. Comenzó Christian López leyendo cinco poemas propios seguido de Victoria Sánchez, quien en unos de sus poemas homenajeó a Federico García Lorca, su poeta favorito, y, en otro, a las mujeres. El acto siguió con Ángel García recitándonos en video desde Nottingham y con una nueva intervención de Borja Fernández en la que nos contaba la denominada “Semana Periodística” que llevaron a cabo en febrero de 2013 y nos explicaba el proyecto “Pallabres”. Fue entonces el turno de Claudia Menéndez que, después de explicarnos por qué escribía en bable, nos recitó varios poemas propios en esta lengua. Laura Ruiz nos recitó a continuación desde Valencia  y después, y con la lectura de cuatro poemas, Diego Solís cerró esta parte para dar de nuevo la palabra a Borja Fernández quien nos enseñó alguna reliquia en forma de fotografía de cuando celebraron su primer año y nos explicó el proyecto del libro Autopsia a una bala perdida, un poemario publicado y escrito por trece poetas (unos colaboradores de De las palabras bonitas y otros no). Después fue el turno de Nacho Iglesias, de Andrés Treceño que nos recitó en formato video desde Santander y de Borja Fernández quien, además de conducir todo el acto, fue el que lo cerró con sus propios poemas.


El jueves 27 de marzo, a las 12 horas, fue inaugurada en el vestíbulo del Aulario A la exposición Música y cultura artística en el franquismo. Acompañada de varias cámaras de televisión, Gemma Pérez Zalduondo, comisaria de la muestra y Profesora Titular de Música de la Universidad de Granada, intervino.

La exposición está compuesta de cuatro paneles con cuatro partes cada uno. El primero, en el que se presenta, tiene también una parte dedicad a la censura y el control y otra a la música, arte y guerra. El segundo panel habla de la música y arte como símbolos propagandísticos, sobre los intercambios musicales entre España y Portugal, la música en las relaciones culturales con los países totalitarios durante la Segunda Guerra Mundial y la música, un arte con símbolos y propaganda. El tercer panel habla de la moderada apertura de los cincuenta, de la aventura de la vanguardia y de la música clásica en los años del “desarrollismo”. Por último, el cuarto panel, explica la depuración y tiene una selección femenina además de una parte dedicada al flamenco: pureza, política, mercado y mundialización. 


También el jueves 27 de marzo, pero esta vez a las 13 horas,  Music and francoism (editorial Brepols Publishers) fue presentado en la sala de grados de los departamentos de Historia y de Historia del Arte y Musicología. El libro está editado por Gemma Pérez Zalzuondo (y Germán Gan Quesada, ambos profesores, y el acto fue conducido por Beatriz Martínez Fresno (profesora titular de Música de la Universidad de Oviedo).

En la presentación se comentó la relación con la música: ideología apolítica y el poder en España, especialmente durante la época del franquismo. El libro contiende trabajos de investigaciones y de ahí su título en inglés: intentan que esa línea de investigación alcanzase un nivel internacional. Pretendían una bibliografía en la que se recogieran algunos resultados del I+D pero, el resto de capítulos, están cargados de los avances que se habían conseguido en ciertas líneas de investigación. Incorporan también temas que reflejan las nuevas propuestas en el ámbito de la investigación en ese mismo contexto así como nuevas perspectivas para el estudio de la música durante el franquismo. Incorporan también trabajos de colaboradores jóvenes pero con una trayectoria de investigación muy consolidada.

La primera parte del libro trata los intercambios musicales en Europa durante la guerra. Contiene colaboraciones de expertos en música de la época en otros países, contribuyen explicando la relación de la música en España frente a la de otros lugares. La segunda parta aborda el tema de las instituciones y las prácticas políticas. Utilizan la música como arma propagandística. El tercer aparatado de Music and francoism habla de las implicaciones sociopolíticas de la música popular. Esta parte no formaba parte en un primer lugar de los objetivos del proyecto. La cuarta y última parte del libro trata de estudios específicos.


En definitiva, esta presentación mostró la relación de la música con el franquismo y con el poder en general. 



viernes, 4 de abril de 2014

Prensa escrita y prensa digital.

En las sociedades modernas el concepto “Internet” y todo lo que él implica ha sido totalmente divinizado. No es raro, ni nos extraña, escuchar a alguien decir que todo lo que queremos encontrar o necesitamos se encuentra allí pero eso no es más que una hipérbole: realmente está sólo lo que alguien ha puesto allí. Eso no evita que esa nube parezca una fuente inagotable de recursos y de información. No es de extrañar, por tanto, que cada día los periódicos en papel parezcan ir en decadencia ya que a golpe de un solo “click” podemos saber lo que está ocurriendo en todas las partes del mundo. Éste es, por tanto, uno de los grandes problemas de la prensa en papel: cubre las noticias que han pasado hasta el momento en el que la editorial cierra. Esto implica que, cuando llega a las manos del lector, un montón de sucesos más han ocurrido. El periodismo en Internet ofrece también mucha más información y, contrariamente a lo que se cree, no siempre es una ventaja pues el exceso de la misma puede conducir a la confusión. Un punto positivo de la prensa digital es, en cambio, que puedes leer los mismos sucesos en diversos periódicos para lograr una visión más objetiva. Esto sería mucho más difícil con el periódico tradicional ya que, para hacer lo mismo, habría que comprar varios diarios distintos.  

Algunas redes sociales, especialmente Twitter, se han convertido para muchos en un sustituto del periódico. Se trata de un soporte mucho más cómodo que el diario ya que no ocupa nada y se puede leer en cualquiera parte si lo tenemos instalado, por ejemplo, en nuestro smartphone. Otra gran ventaja de ésta herramienta es la inmediatez, contra la que nada puede hacer el periódico. No obstante, y a pesar de que ambos parezcan tan distintos, tienen muchas similitudes como es el uso del titular. Ambos tienen que ser llamativos y animar al lector a seguir: en el caso del periódico a continuar con la noticia y en el caso de las redes sociales, a “clicar” para ver el desarrollo de la misma.

Otro gran problema de la prensa escrita es que, cuando pasa el día, los periódicos son totalmente obsoletos y pasan a ocupar sitio junto a otros papeles para reciclar. La ventaja de la prensa digital es que los diarios tienen hemerotecas en las que es posible encontrar noticias de hace años, cosa completamente imposible con un periódico. Otro inconveniente del periodismo tradicional es que hay que pagar por él. A pesar de que es un precio muy, muy pequeño para toda la información que contiene, es muy difícil ganar la batalla a algo que es totalmente gratis. Hace años, además, la gente estaba dispuesta a pagar ese precio porque, además de todas las noticias y sucesos de actualidad, el periódico contaba con otras muchas razones para ser comprado: la publicación de esquelas, de la programación televisiva, de la información meteorológica y otra referida a la busca de empleo, de alojamientos, etc. A pesar de que ahora la mayoría de prensa escrita sigue ofreciendo estas posibilidades, Internet da muchos más facilidades y, sobretodo, agilidad, a la hora de encontrar lo que buscamos.

A pesar de que a primera vista parece que la prensa digital sólo tiene ventajas, son muchos los inconvenientes que presenta. El mayor es que no todos los lectores se dan cuenta de que no todo lo que se publica es periodismo: hay mucha publicidad enmascarada y escribe todo el que quiera, sepa sobre el tema o no. Éste es, a su vez, uno de los motivos por los que la prensa en papel no ha dejado de existir: mucha gente, sobretodo mayor, sigue prefiriendo este formato por considerarlo mucho más veraz.


En la actualidad nadie puede rebatir el hecho de que la prensa digital va ganando cada vez más terreno a la escrita así como más adeptos pero sería una verdadera lástima que esta última desapareciera. Por este motivo, los más nostálgicos nos aferramos a la esperanza de seguir pudiendo comprar el periódico en el kiosco todos los domingos: no se trata sólo de pagar por él y leerlo sino del “ritual” que conlleva. Y eso nunca se debería perder.